martes, 19 de junio de 2012

Y pasé de nuevo por enfrente de aquel portal


Las cosas ivan bien, todo empezaba a quedarse atrás, él seguía en mi corazón, pero por mi cabeza se pasaba con mucha menos frecuencia que antes. Y pasé de nuevo por enfrente de aquel portal, y volví a escuchar aquella canción. Me derrumbé de nuevo. Toda nuestra historia, todos nuestros recuerdos volvieron a pasarse por mi cabeza, y no sabes lo que me costó seguir caminando en aquel momento. Una lágrima volvió a derramarse por mi rostro, aunque hice lo posible para secármela disimuladamente y que nadie se diese cuenta de su presencia. Volvió aquella situación, aquel sentimiento era realmente familiar. Soledad en medio de tanta gente, un vacío en el pecho insoportable, el pulso disparado, dolor en el corazón, dificultad para respirar. Miré hacia la ventana donde estaba tu habitación. Recordé todas aquellas tardes que pasamos allí. Se me hizo realmente difícil pasar de largo sin tocar al timbre de tu casa y esperarte en el portal, quedándonos allí como antes nos gustaba hacer, en el último piso, por donde no pasaba nadie, escondiditos los dos. Se me hizo difícil si, pero lo hice. Rodeé aquel parque, esperando encontrarte al girar la esquina. No lo hice. Tú no estabas allí. Te busqué, caminaba mirando hacia todos lados esperando que aparecieses, pero no fue así. No, no apareciste. Joder. Salí de casa, seguía mirando hacia todas partes, intentando encontrarte. Se hacía tarde, me tenía que marchar. Tenía la esperanza de verte de camino al metro, tampoco fue así. Un día más que pasa, no te encuentro, no estás aquí. Hace mucho que no sé de tí. Te echo de menos. Necesito verte. Voy a aquel pueblo pero nunca consigo encontrarte. No sé donde te has metido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario