-¿Sabes qué?
+¿Qué?
-Anoche me puse una foto suya pegada a la almohada
+¿Para qué?
-Para recordar lo que se sentía al despertar a su lado. Al despertar y ver lo primero de todo su preciosa cara y su cuerpo abrazado a mi. Para recordar lo que se sentía al ser despertada con caricias y besos, con él a mi lado mirándome a los ojos, diciéndome que estaba preciosa, susurrándome al oído que me quería, que lo era todo para él.

Duró el tiempo exacto como para que fuese inolvidable

¿Cuántas veces nos hemos prometido el cielo, con la luna, las estrellas y todo lo que hay en él?¿Cuántos planes se quedaron por hacer? ¿Cuántas promesas por cumplir? ¿Innumerables verdad? es cierto, no salió del todo bien. Nosotros no tuvimos un final feliz ni comimos perdices, nuestro colorín colorado llegó mucho antes de lo que esperábamos. Demasiadas brujas se interpusieron entre nosotros dos, y si, pudieron con nuestra historia. El amor tocó a mi puerta, y yo se la abrí de par en par. Nuestra historia fue realmente bonita, eso no nos lo pueden negar, y si, puede que no durase demasiado, que llegase tan pronto como se fue, pero duró el tiempo exacto como para que fuese inolvidable.

Mírala, fíjate bien y te darás cuenta de que lo sigue necesitando exactamente igual que el primer día que se marchó. ¿Que por qué? fíjate, tú tal vez no lo veas, pero yo si, son los pequeños detalles los que la delatan. Sigue llevando sus pendientes día tras día, los días que los lleva es cuando más lo necesita, y, cada vez que los toca, le está recordando. Cada vez que aprieta la tuerquecita para que no se caigan es porque necesita sentirlo cerca, y esos pendientes son una de las pocas cosas que le quedan de él. ¿Ves? tenía razón, sigue necesitándolo igual que el primer día que se marchó, igual que ayer, igual que siempre.

Nos dejamos llevar al compás que marcaban las gotas de agua que caían sobre nosotros pero míranos ahora, cada uno por su parte, mirando la misma luna, el mismo horizonte, y las mismas estrellas. Esas estrellas que tantas noches contemplamos juntos y tantas veces nos regalamos mutuamente, esa luna que apartó la mirada cuando necesitábamos intimidad, y nos dio la luz que necesitábamos para alumbrar nuestro camino. Al parecer se ha cansado de alumbrarnos el camino que debíamos seguir, y nosotros nos hemos perdido. Te perdí en la noche entre aquellos gigantes matorrales y ya no he vuelto a sentirte a mi lado. No veo nada desde aquella noche, la luz se ha apagado, cada vez siento que te alejas más y más y no me siento con fuerzas para seguir caminando por este oscuro lugar, sin rumbo alguno. Por mucho que te busco yo ya no te encuentro, empiezo a tener miedo de haberte perdido por completo entre la maleza. De verdad que lo siento, no sabes como siento que nos perdiéramos y no supiéramos encontrar nuestro propio camino juntos. Yo nunca dejaré de buscarte, nunca dejaré de quererte ni de luchar por ti.

POSDATA: SIEMPRE TE AMARÉ

Seré feliz, muy feliz

No no no no no, espera un segundo, esto no es lo que yo buscaba, yo no quería esto, no estoy dispuesta a tener que aguantarlo, no me veo con fuerzas, no quiero luchar contra ello porque se que voy a perder.  Todo ha salido mal, exactamente al contrario de como yo lo esperaba.Yo solo quería ser feliz y divertirme, divertirme mucho. Quería salir de fiesta y bailar hasta perder el sentido, perder el control y chillarle al mundo que sí, que estoy loca, pero me encanta. Yo quería besar hasta no sentir mis labios y llorar, pero solo de felicidad. Quería salir de casa exactamente al revés de cómo les gustaría a mis padres, vestirme con el palabra de honor más corto y ajustado que encontrase en mi armario, los tacones más altos, que me hicieran tocar el cielo y los labios del color rojo carmín más vivo que encontrase en toda mi casa. Quería saltar, gritar, cantar y bailar hasta no poder más, hasta que mis cuerdas vocales estuvieran a punto de explotar y todo mi cuerpo temblase como una gelatina porque no puede más.  Beber y fumar algún que otro cigarrillo si me apetecía y tantos cubatas como mi cuerpo pudiera aguantar, sin que nadie me lo impidiese. Yo quería enamorarme de un príncipe azul y ser una princesita de esas de cuento. Vivir mi cuento de hadas y espantar a todas las brujas. Y¿sabes? voy a hacerlo, me da igual lo que digan los demás, si puedo o no, pero yo voy a cumplirlo, haré lo que me venga en gana cuando me venga en gana. Reiré cuando me apetezca y lloraré cuando lo necesite. Me perderé mil veces si hace falta entre miradas agenas buscando a mi príncipe azul, y estoy segura de que al final lo encontraré, y por supuesto, seré feliz, muy feliz.

Hola pequeño:


Tercera carta, en ninguna de las anteriores he obtenido respuesta. Tengo dos cosas que pensar, o bien no las has leído, o bien no quieres contestar. Entenderé que no quieras, que incluso te puedan molestar. 
En fin, no he dejado de recordarte ni un solo instante desde la última vez que te vi. 
Nunca hubiese pensado que aquel sería nuestro último beso, y que nuestra verdadera despedida sería con un gesto en aquel parking, mientras tu corrías para volver a entrenar y yo entraba en mi coche rumbo a mi casa. De haberlo sabido, te aseguro que hubiese sido mucho mejor, aquel adiós tendría que haber sido especial, con un apasionado beso de esos que te dejan sin respiración, pero era imposible saber que aquel sería el final, al menos para mí. 
Espero que el destino nos tenga preparado algo mejor, pero que sea juntos, es lo único que pido. Espero que con el tiempo nuestros caminos vuelvan a entrelazarse y enredarse de tal manera que no nos volvamos a separar.

POSDATA: TE QUIERO

Teníamos planes, ¿recuerdas?, volveríamos a vernos, no perderíamos el contacto ni dejaríamos de hablarnos. ¿Dónde quedaron todas aquellas promesas? todas hechas pedazos, todas rotas, y a ti, no te ha importado en absoluto romperlas. Tendríamos que avernos visto, si, estar juntos un rato, hablar de como van nuestras vidas, como han cambiado, pues yo, aquí he estado, esperando, esperando a que volvieras, a que me hablaras y cumplieras tus promesas, esperando a esas palabras que hicieran que nos volviéramos a ver, y así me he quedado, esperándote, como siempre, sin respuesta alguna, con el corazón hecho pedazos.

Cuando dejes de tener miedo, 

empezarás a disfrutar. 

Diario de una enamorada:

Te lo dije, llegará un momento en el que me eches de menos, en el que te arrepientas de haberlo dejado todo atrás. En ese tiempo yo ya no se si estare ahí, o me habré ido. Puede que te espere toda la vida, o puede que me canse de esperar. Aun así, te querré, te querré como el primer día que te vi aparecer en aquella remota estación de metro, perdida entra la gente. Por si acaso vuelves a buscarme, solo decirte que estaré sentada esperando en aquel banco, en aquel banco en que nos dimos nuestro primer beso. No se hasta cuando esperare allí, si vas y no me encuentras será que me habré cansado de esperar y me habré ido, o tal vez simplemente haya salido en tu busca yo misma.

Querida princesa:

Te escribo para decirte que no me esperes porque puede que me entretenga con alguna bruja poligonera o quizás nunca llegue. Siento ser yo el que te de la mala noticia de que nuestro cuento tal vez no tenga un final feliz, así que mi consejo es que te quites el vestido y los tacones, metas en una maleta unas docenas de sueños y un puñado de estrellas y te larges lejos a escribir tu propia historia, que es injusto que me esperes a mí. Yo seguiré buscándote, pero hasta que te encuentre ¿quién te prohibe divertirte? Así que escribe tu propio cuento, de hadas o de brujas, y no pienses en el final, al fin y al cabo, siempre acabarás comiendo perdices.

Atentamente, tu Príncipe Azul.

Déjate llevar

Apaga las luces joder. Para el reloj, que no me importa el tiempo si estoy a tu lado, que más da si es de día o de noche, eso a nosotros nos da igual. Cierra las ventanas, ahora mismo el resto del mundo me da exactamente lo mismo. Ahora solo preocúpate de ti y de mí. Somos perfectos el uno para el otro, no importa que los demás digan lo contrario, ellos no importan. Ahora déjate llevar. Bueno, déjame a mí, que yo me ocupo de que tú no puedas olvidar este día ni en un millón de años. Cierra los ojos anda, confía un poco en mí. ¿Ahora voy a besarte vale? mis labios rozarán los tuyos, y seguirán subiendo hasta tus oídos, donde diré alguna que otra palabra sin sentido, tras ellas escucharás: "este día será inolvidable" y por último, "te quiero, pero calla, que me toca a mi". Sigo besándote, noto como se te pone la piel de gallina. Sonrío. Tú haces lo mismo. Mil besos más. Las horas pasan y seguimos sin mirar el reloj. Hemos perdido por completo la noción del tiempo, y eso me encanta. Ni siquiera sabemos si es de día o de noche, si el mundo sigue o se ha acabado. Sinceramente, ¿eso que más da? a mi lo que pueda ocurrir a nuestro alrededor me da exactamente igual. Yo te quiero a ti, y solo a ti, y voy a aprovechar este momento, lo que pueda ocurrir me es indiferente, sigamos, que se callen los demás. ¿Por donde íbamos?  a, sí, te estaba besando, retomo la tarea donde la había dejado, lo dicho, sigo besándote, llego hasta tus labios, me encanta como saben, nunca los cambiaría por nada. Mil besos más, todos se quedan recogiditos entre esas sabanas. Guardan nuestro secretos, las mil y una promesas que nos hemos hecho, juramos mil veces no romperlas jamás, sellamos el trato con un beso. Prometimos no abandonarnos jamás, que lo nuestro siempre sería eterno, y que, pasase lo que pasase, sin importar las circunstancias, siempre volveríamos al lado del otro, nunca dejaríamos de querernos y, por supuesto, siempre recordaríamos todos y cada uno de los momentos que pasamos juntos. Recuerda cumplirlo cariño, nuestro juramento quedó sellado con un beso, y eso es sagrado.

Diario de una enamorada:


Hoy lo vi. estaba igual de guapo que siempre, igual de perfecto, igual de radiante. No pude evitar sonreír como una tonta cuando me miró, y que mis rodillas temblasen como a una idiota cuando me saludó. Y en ese mismo instante, pasaron por mi cabeza miles de nuestros recuerdos, representados en pequeñas imágenes, como si todo fuese una película, o hubiese sido un sueño, un bonito sueño. Pensé en volver al pasado para revivirlo, pero me di cuenta de que era imposible. Pensé en ir corriendo, abalanzarme sobre sus brazos y besarle, diciéndole que le quiero, que nunca he dejado de hacerlo, pero fui incapaz. He pensado que tal vez sea cierto lo que los demás dicen, que aunque sea lo que quiero, no es lo que necesito. Y lo mejor de todo esto es, que aunque lo se, aunque se que no es lo que más me conviene, lo único que quiero es volver a estar a su lado, para poder disfrutar una y otra vez de sus sonrisas, sus miradas y sus besos.

Aprendiste a sonreír aún estando llorando

Te dijeron que en la vida no valía la pena sufrir por nadie, y tú, cabezona, te has empeñado en hacerlo. También te dijeron que la esperanza es lo último que se pierde, y tú, especial, la has perdido. Te dijeron que lo olvidaras, y tú, enamorada, has vuelto a caer.
Pero ha llegado un punto, en el que has aprendido a seguir adelante con el sufrimiento cargado a la espalda, en el que has aprendido a luchar sin esperanza,en el que te diste cuenta de que no, no se trataba de olvidar, sino de recordar sin que duela.

Resignarse a seguir

-Dolió? Dolió cuando se fue?   
+ Muchísimo,no te lo puedes ni imaginar   
-Y ahora, sigue doliendo?   
+Si te digo la verdad si, sigue doliendo, tal vez no como el primer día, pero duele. Cuando te quedas a solas en tu cuarto, tumbada en la cama,lo único en lo que piensas es en él, miras una y otra vez sus fotos, sus regalos, dando mil vueltas en tu cama, en tu habitación, recordando todos los momentos que vivisteis, esos maravillosos momentos, esperando a poder revivirlos alguna vez.Y cuando por fin cierras los ojos, lo único que quieres es que cuando los vuelvas a abrir él esté a tu lado, cuando despiertes él este tumbado, mirándote y esperando a que despiertes para decirte que te quiere, que eres la más preciosa del mundo y te quiere en su vida para siempre. Pero cuando abres los ojos, te das cuenta de la cruda realidad, y es que él no está a tu lado, que se fue y no volverá, que todo terminó. Y es entonces cuando despiertas de tu sueño, y otra vez una lágrima se derrama por tus mejillas, resignándose a la soledad que le toca vivir, resignándose al hecho de vivir sin él a tu lado, sin su compañía, sin sus besos, sin sus abrazos.

Ves a parejas en la calle cogidas de la mano, riéndose, abrazándose y dándose algún que otro beso y no puedes evitar que un escalofrío recorra tu cuerpo, el empezar a tener dificultades para respirar, que tus rodillas empiecen a temblar y que de tus ojos caiga una lágrima recordando todos los momentos que viviste junto a él, recordando cuando vosotros érais esa pareja envidiable, tan felices el uno junto al otro, que no necesitaba nada más aparte de su compañía mutua.

Hola pequeño:


Te echo de menos, no he dejado de quererte ni un solo instante desde que te marchaste.
Se que dije que aquella sería la última carta, pero lo siento, no he podido evitar escribirte una vez más. Es la única manera de contactar contigo.
No se con certeza si verás alguna de mis cartas, sinceramente, no espero respuesta. No obtuve respuesta en la anterior e imagino que tampoco en esta.
Me gustaría saber como te va, si has conseguido perdonarme o me has olvidado por completo. Quiero tener noticias tuyas, últimamente no se nada de ti, no consigo contactar contigo. 
Espero que las heridas cicatricen y dejen de doler, pero que nunca me olvides, por favor. 
Simplemente te escribía para repetirte lo obvio, que sigo ahí, esperándote, que te sigo queriendo. 

POSDATA: TE QUIERO