El destino es un cabrón
Y aquel vestido debería haberlo llevado contigo en una película que deberíamos haber compartido los dos. Las lágrimas deberías habérmelas secado tu, y no aquel estúpido pañuelo. Pero el destino es un cabrón, y ha decidido jugar con nuestros sentimientos,y ahora, aquí estamos, tan separados como antes, cada uno siguiendo un camino distinto.
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