viernes, 13 de abril de 2012

Hola pequeño:


Imagino que ya ni recuerdas quien soy, supongo que ya no piensas en mi, posiblemente incluso hayas olvidado el color de mis ojos. 
Yo no lo he hecho, no me he olvidado de ti, sinceramente, ni siquiera lo he intentado. 
Estoy completamente aferrada al pasado, a nuestros recuerdos, no consigo huir de él.
Se perfectamente que es lo único que me queda de ti y no quiero dejarlo ir.
Sabes? recuerdo perfectamente ese color miel en tus ojos, que tanto me gustaba, y que, por supuesto, me sigue gustando. 
Esos labios perfectos, carnosos, no demasiado finos ni demasiado gruesos.
Recuerdo tu fragancia, tan perfecta, ese olor que tan loca me volvía, ojalá lo tuviera aquí.
Sigo llevando cada día esos pendientes que tu me regalaste, no dejaré de llevarlos jamás. 
En mi fondo de pantalla sigue nuestra foto, esa que tanto te gustaba, creo que nunca se moverá de ahí.
Siempre llevaré la misma fragancia, coco, recuerdas? esperando que cuando la huelas te gires esperando encontrarme entre la multitud. Posiblemente no lo harás, pero yo quiero creer que si.
Quiero pensar que siempre habrá algo que te recuerde a mi, una canción, una sonrisa, un lugar, una fragancia, un texto o simplemente una palabra.
Se perfectamente que no quieres saber nada más de mi, que me ignoras, posiblemente no quieras ni verme, no quieras saber nada más de mi, lo dejaste bastante claro en nuestra última conversación.
Pero eso a mi no me importa, quiero dejarte claro, que ante todo estoy ahí, pase el tiempo que pase, yo siempre voy a estar a tu lado, dispuesta a todo. Si me quieres como amiga, ahí estaré, si quieres volver a intentarlo, tú solo llámame. 
Hazme un favor, nunca tires mi mechero, aquel mechero que te apropiaste y ya nunca me devolviste, guárdalo bien, en un lugar en el que esté a salvo.
Supongo que esta es nuestra despedida, he dejado muchas cosas por decir, pero si las mencionase todas, la carta sería interminable. 
Realmente no sé porque te escribo, probablemente nunca llegues a leer esto, pero en fin, que más da, por si acaso, aquí te lo dejo, solo decirte que yo SIEMPRE te esperaré, por mucho tiempo que pase, por mucha distancia que haya, si necesitas algo, solo llámame, quedaremos en la estación de metro donde nos vimos por primera vez. Siempre seré tuya, cuando lo dije tumbada en tu cama aquel domingo lo decía de verdad. Mi corazón está en tus manos, cuídalo bien, intenta que no se rompa en muchos pedazos, que sino luego los tengo que recoger.
Ahora si me despido, espero haber quedado como un bonito recuerdo y no como una pesadilla.
No te digo adiós, mejor hasta luego.


POSDATA: TE QUIERO

No hay comentarios:

Publicar un comentario